Arte Monumental

El arte de esculpir en mármol se conoce desde hace muchísimos años y es una de las técnicas más importantes de escultura que existen. El material a utilizar tanto en relieves como en figuras de bulto redondo, y en cuanto a su género se puede dividir en sepulcros, estatuaria, monumentos públicos y fuentes monumentales.
La primera civilización que usó el mármol en esculturas fue la griega mediante el arte cicládico, que eran las esculturas de mármol policromadas a escala humana. También usaron el mármol en construcciones importantes como el Acrópolis, en el que era el material dominante (hasta las tejas se labraron en mármol). Los romanos usaron el mármol preferentemente en monumentos como el Arco de Tito o la Columna Trajana y en mosaicos utilizando piedras planas de distintos colores provenientes de diferentes tipos de mármoles.
En la Edad Media, el uso del mármol fue preferentemente en elementos decorativos y estructurales (fustes, columnas y suelos). Fue en la Edad Moderna y concretamente en el Renacimiento cuando el mármol vuelve a ser el protagonista en el arte escultórico. Ejemplo de ello son las famosas obras de Miguel Ángel como el David, la Piedad del Vaticano o el Moisés.
A partir del Renacimiento, muchas fueron las obras de arte donde el mármol fue el protagonista, algunos ejemplos son el Éxtasis de Santa Teresa de Bernini, fuentes como la Fontana di Trevi en Roma o la propia Cibeles en Madrid.

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